Descripción
En preventa hasta el 8 de abril.
.
Escribí este libro preguntándome si a la única condena que estamos
destinados irremediablemente es al olvido, y al final, aunque comprendí
que sí, supe que, como en toda hecatombe, siempre hay una salida o una
forma de evitar que los daños sean excesivamente altos. Fue a partir de esto
que vi al amor como una puerta de emergencia que permite que todo se
haga memoria primero y luego —aunque el olvido llame—, con ayuda de una
compleja mezcla de sentimientos y de circunstancias, se construya una casa,
con la mesa servida y una cama con las sábanas limpias hecha para dormir al
final del día, un hogar del que, al entrar, nunca se sale…, pues solo se accede
con un viático para «siempre».
destinados irremediablemente es al olvido, y al final, aunque comprendí
que sí, supe que, como en toda hecatombe, siempre hay una salida o una
forma de evitar que los daños sean excesivamente altos. Fue a partir de esto
que vi al amor como una puerta de emergencia que permite que todo se
haga memoria primero y luego —aunque el olvido llame—, con ayuda de una
compleja mezcla de sentimientos y de circunstancias, se construya una casa,
con la mesa servida y una cama con las sábanas limpias hecha para dormir al
final del día, un hogar del que, al entrar, nunca se sale…, pues solo se accede
con un viático para «siempre».
Valoraciones
No hay valoraciones aún.