Ramé

Hacía mucho que no nos veíamos, pero todo sigue en el
mismo punto en el que lo dejaste.
Una vida a medio escribir, un caos a medio descolocar
y una cabeza patas arriba que aún no ha encontrado su
orden, pero que todavía respira.
Unas heridas cerradas con cremallera para que, esta vez,
seas tú quien juegue con ellas y no al revés; es hora de
seguir andando.
El corazón sigue ahí, latiendo en un pulso con la cabeza
que no está dispuesto a perder, pero en el que esta vez sí
acepta el empate.
Y sí, aunque me sintieses lejos ya era hora de volvernos
a sentir.
Atte. Tu caos.