Descripción
Muchas veces nos preocupa no tener ruido en nuestra vida. El ruido nos mantiene conectados al día a día, y no es más que una circunstancia de nuestra costumbre de lo cotidiano.
Debemos aprender a disfrutar de los silencios, aquellos silencios de miradas cómplices, largos silencios en situaciones extrañas, silencios personales que nos ayudan a crecer.
Te invito a que agarres tu silencio más preciado y te dejes llevar por el camino de la prosa, donde el único ruido sea las letras rebotando desde tu mente hacia el resto de tu cuerpo.
Silencios que te ayuden a vivir con menos ruidos, así que no permitas que nada ni nadie te robe tus silencios.
Nos vemos en la siguiente curva de la vida.
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