Descripción
Después de que me dejaste marchar tuve que mirarme en el espejo.
Tuve que reconocerme en mi reflejo y ver qué era lo que quedaba de mí. Una tallo malherido y arrancado. Una flor ahogada y muerta de sed, una semilla que no supo florecer.
Después de que me dejaste marchar tuve que mirarme en el espejo y decidir quién debía seguir regando lo que tú mataste. Cogí la regadera por mí misma y empecé a florecer. Así fue como el tallo malherido y arrancado supo revivir gracias a su propia luz. Así fue como de hierbajo pasé a ser flor.
Aprendí a dejar pasar el veneno, aprendí a pinchar con mis espinas a quien quiso cortarme, aprendí que el sol que más nutre es el que en sus rayos no quema. Aprendí que debo regar las flores del espejo en el que me miro y que, esas flores, están ahí, creciendo, aflorando vida y color, gracias a mí.
Además, aprendí que ser una única rosa no me valía. Y es que yo quiero ser roca, ser azucena, arbusto y clavel. Quiero ser ortiga y hierbajo, quiero ser árbol y tallo. Quiero morir como rosal y resucitar en arboleda intemporal.
Pedro Joaquin –
Es un libro increíble, que denota que estamos ante una de las personas con más futuro del panorama joven andaluz en literatura. Valiente, profundo y esperanzador, bonito por partes iguales, es todo un alegato a la valentía, la libertad y la esperanza. Me ha encantado mucho, muy recomendable. Una lectura sincera, fácil de leer, fluida y original en las que la autora nos deja entrar en su vida de una manera sutil y bella. Mis diese. Muy recomendable, espero otro libro con ansias.
Ines –
Un libro impresionante!
Rosa, sigue regando tu jardín interior donde la flor mas importante eres tu.
Recomendable 100%