Descripción
¿Quién dijo que fuera fácil encontrarse a uno mismo?
A veces es necesario que nuestro corazón sea el que nos hable y nosotros le escuchemos con
atención.
Estas páginas mantienen el largo proceso que hay detrás de un corazón reconstruido, el que más de un día quería dejarlo todo y huir muy lejos de lo que le atormentaba, pero en el fondo sabía que esa no era su solución.
El mismo que aprendió el infinito que guardaba el número ocho y el sentido que tenían esas ocho palabras, las que le ayudaron a seguir y mirar la vida de una manera especial.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.