Descripción
Ajedrecista en el amor, es la tinta en la que me convertí el día que no supe aplacar el dolor.
A veces, la única forma de dejar el pasado atrás es convertir la vida en juego.
Me escribí con la inocencia de una niña, para acabar riendo con el descaro de una veinteañera cansada de las decisiones quebradizas.
Y aquí están los resquicios de sus trampas y mis sentimientos en el tablero que un día nos hizo bailar a fuego lento.
Bienvenidos al juego.
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