DISAE. La llama que ardió en mí

El día que empecé a crear las llamas, no pensé en la posibilidad del incendio. Y tampoco en el colapso del tiempo.

Hubo un tiempo en el que mi sonrisa se vio iluminada por las llamas. Estando llena de felicidad, no pensaba que un día se me partiría el pecho y que no sería a carcajadas.

Dejo escrito cada azar de miradas, cada vuelta sin sentido, cada atrevimiento a verdad o reto que solía acabar entre besos.

Pero también todo lo que un día apagó la llama que ardió en mí, la tristeza y el peso del recuerdo. Es complicado tratar de coger aliento cuando no sabes ni por dónde te viene el viento.